
A finales de los años 50 del siglo pasado, regresó a su país de origen por razones personales, donde permanecería 9 años antes de su vuelta definitiva a España. Es en ese momento cuando decidió fijar su residencia permanente en Burjassot, donde adquirió una casa construida en 1900, que había ocupado el Colegio Cristo Rey, fundado por la orden Misioneras de Cristo Rey en 1926, también conocida como La casa de los Arcos. La bella casa, que estaba ubicada en el espacio que hoy ocupa el Colegio Nuestra Señora de los Desamparados, fue remodelada para acoger su taller de pintura y el hogar donde viviría muchos años felices, junto a su hijo por adopción José Serra y su esposa Vicenta Cristóbal, hasta su fallecimiento en 1972. La gran mayoría de los cuadros que se muestran en esta exposición fueron pintados allí y adornaron las paredes de esta casa con vistas a la acequia de Moncada y regada de luz por sus amplios ventanales.
Los restos de Carlos Sosa reposan en el Cementerio Municipal de Burjassot, como así lo quiso él. Antes de fallecer ordenó que toda su obra pictórica fuese donada al Ayuntamiento de Valencia. Y dejó pintado un magnífico tríptico con tres arcángeles para que presidiera su lápida, obra que, gracias a su tratamiento, ha logrado sobrevivir perfectamente a las inclemencias de su exposición al aire libre. Recientemente, en el proyecto de visita guiada por el cementerio de Burjassot, en la que se hace un pequeño homenaje a los difuntos más célebres de nuestro pueblo, incluimos a este prestigioso pintor, Carlos Armando Sosa González.
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04 Feb 2019—15 Feb 2019
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